Sabemos que el uso de estrategias
orales no es nuevo en el trabajo misionero, pero para nosotros sí lo
es. Afortunadamente nos topamos con esta información en un punto de
nuestro ministerio en el que todavía puede afectar la manera en que
hacemos las cosas.
Hemos oído de oralidad a través
de varias fuentes, pero principalmente debido a unos amigos
misioneros que trabajan entre los kariña y que estuvieron trabajando
en el desarrollo de un set de historias bíblicas orales con los
hermanos kariña.
Comenzó a interesarnos conforme
ellos nos contaban la manera en que trabajaban. Incluso tuvimos la
oportunidad de acompañarles por una mañana en uno de los talleres y
nos pareció interesante, pero todavía nos parecía que era algo que
no podíamos hacer nosotros.
Después de casi dos años,
participar en un campamento del Ministerio META y allí tuvimos la
oportunidad de recibir una inducción acerca de las culturas orales
y, principalmente, sobre cómo producir historias orales, que por
cosas de Dios nos compartieron nuestros amigos, Dany y Naara Tasama,
los mismos que hacía dos años nos habían sembrado la semillita de
la oralidad al contarnos de su trabajo entre los Kariña.
Debido a lo que aprendimos en ese
campamento comenzamos a ver que producir historias bíblicas orales
era algo que nosotros podíamos hacer, y que no era algo que
estuviera fuera de nuestro alcance.
Al llegar a casa comenzamos a
intentar producir historias orales en español para poner en práctica
el proceso que aprendimos en el taller. Yo, (Luz) inicié preparando
un set sobre algunos milagros de Jesús y la primera historia que
produje fue “Jesús calma la tormenta”. Leover por su parte,
empezó a ver cómo podía usar esa nueva información (sobre la
oralidad) al enseñar en las comunidades.
Lo verdaderamente impresionante,
para nosotros, ocurrió cuando esas historias salieron del
laboratorio. Leo se estrenó usándola en una iglesia en Puerto
Ayacucho, entre un público mayoritariamente criollo y la respuesta
fue muy buena. Con esa respuesta positiva, se atrevió a usar la
estrategia oral en una iglesia indígena contando una parábola y la
reacción de los hermanos fue excelente, a pesar de que la historia
fue contada en español. El culto había terminado y la gente iba a
sus casas hablando de la enseñanza.
En cuanto a la historia de cuando
Jesús calma la tormenta, la probamos con Julietta, una sobrina del
corazón que tiene tres años y que nos ha acompañado a dos
jornadas en Caño Bocón junto a sus padres, Mario y Érica Pirez.
Quedamos impresionados de todos los detalles que podía recordar y
cómo podía responder algunas preguntas que le hice.
La experiencia con Julietta nos
hizo entender que si una niña de tres años podía recordar la
historia, todos pueden hacerlo, lo que el uso de una estrategia oral
es más que factible para enseñar los principios bíblicos.
Apenas damos nuestros primeros
pasos en cuanto a oralidad se refiere, pero seguimos pensando cómo
podemos usar estas estrategias en ELIAS, para el beneficio de los
líderes y de sus comunidades.